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Eros en la espuma

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Mientras dormía, Emilio soñaba con Ariadne. Era una de esas noches en la pequeña ciudad en donde la luna irradiaba lujuria por tanto calor, y las estrellas parecían poros sudorosos brillantes en la piel negra de sus partes escondidas. La alarma lo despertó, era sábado. Su rutina de ejercicios apenas empezaba. En su cocina la despensa era surtida con frutas y productos orgánicos, y varias botellas de vino tinto en el mini bar. En su habitación tenía fotos de ella en cada rincón, su principal parafilia, su obsesión. También rincones cómodos como para complacer los comportamientos hormonales de una cita improvisada o planificada. Además de decoraciones musicales de los mejores álbumes de Cerati antes de separarse de su banda, y cómo no su colección de libros. Una voz dulce y amenazante de pronto se coló en su espalda. -Soy tuya, sin reparos ni contemplaciones. Soy tuya con noventa por ciento de sumisión ante ti, mi león. El restante diez déjamelo para embarrarme en tu su

Mini skater de la selva

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Luego de la monoton í a escolar, el tiempo libre y el esparcimiento est án   legalmente aprobados y dispuestos para los ni ñ os y ni ñ as en nuestro pa í s, es decir, cualquiera que interrumpa este decreto al "imponerle  trabajo" a un menor ser á  sancionado de acuerdo a lo que dicta la Constituci ó n. La introducci ó n parece que sobra para un poco entenderla y hasta aburre, pero es necesario destacarla para explicar que la recreaci ó n, el juego, y el aprendizaje l ú dico forman grandes talentos y gente asombrosa en todos los aspectos. Esteven P é rez, por ejemplo, con tan solo ocho a ñ os de edad logra doninar de manera semi profesional su tabla de skate boarding. Se zambulle en medio de otros skaters para practicar sus acrobacias que en su gran mayor í a son perfectas, cosa que para otros deportistas de mayor edad y trascendencia es realmente complicado. Trucos b á sicos de la patineta como el Ollie, Goofy, Revert, Flip,

Si yo tuviera un millón. Poema a mi abuela.

Cuando mi abuela estaba en sus veintes, mil pretendientes aullaban en su balcón. Piropos por aquí y por allá y ella ni caso. Estaba eternamente enamorada de Jaime Edmundo, el robusto señor de manos callosas y sangre liviana cuando quería, mismo con quien años más tarde formaría en su catre al equipo de fútbol más completo de la genealogía de 11. Digna dama del sur de la República, con linajes acomodados, con tres nombres y tres apellidos que a la final valdrían nada ante la vasta inteligencia y sencillez de Jaime Edmundo. Familiares de respeto e ilustrados a medias tiraban letras y soplaban palabras con rima en la rama del cedro que plantaron en su patio, en la finca de tierra húmeda.  Una tarde de febrero del año 1970, un tío materno de mi abuela de veintes le dedicó algunas estrofas por ser la flor de la familia, y una soñadora de la vida... "Si yo tuviera un millón" Si yo tuviera un millón  de relucientes monedas para gastarlos sin pena sin regreso, ni

La musa de Amador

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Mujercita musa de los amantes ilusos, deseosos, mujercita con el diminutivo de sus manos suaves y delicadas. Lo que el hombre busca y la humanidad envidia, mujercita de bellos labios, de suave cabellera negra como la noche de las noches de insomnio. Mujercita m í a due ñ a de mis brazos , de mis trazos , y vasos de sudor provocados . Ella, la que mira y opina, obvia y camina; mujercita con blancos sentimientos y sonrisa luminosa que besa con la vida, con la vida, con la vida. Mujercita deseosa y afanosa en su andar de cinturita perfecta donde poso mis manos, mi ser, mis pensamientos m á s sonrojados.  Jugosa llena de n é ctar, de carne, y de semillas de colores. La musa inspiradora, la malgeniuda y testaruda; predecible con los sabores, saberes, mujeres. Vanidosa mujercita de maquillajes innecesarios y esmaltes florescentes, u ñ as de fiera que marcan sus haberes. De cuando en cuando mi piel la atestigua y la reclama en todos lado

Espejismo

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Estaba mirándose en el espejo muy minucioso. Lavó su rostro rasgándose la piel con la yema de sus dedos con fuerza por varias ocasiones, la frente denotaba arrugas y la calvicie se asentaba en el territorio donde antes el cabello era el amo y señor.  Con un tinte barato se pintó el pelo del color de su conciencia. La rasuradora de cincuenta centavos estaba áspera de tanto uso, entonces se frotó un poco de líquido de lavar platos en lo que quedaba de su quijada y en los pronunciados pómulos, después, con un ritual doloroso empezaron los movimientos de su muñeca derecha de arriba hacia abajo.  Levantó la cabeza y juntando los labios como queriendo dar un beso se afeitaba la garganta. Pasaron unos minutos y nuevamente se miró en el espejo, tenía la sensación de ya casi. Sus ojos evidenciaron los párpados caídos, medio cansados o enamorados no sé qué.  Con esa misma voluntad se cepilló los dientes como tratando de pulir un pedazo de mader

Ese loco de los sueños locos

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Estaba sentado en su cómodo sillón de cuero de los años sesenta, mirando a la ventana recordaba la vida feliz extinguida. “Los sueños son lo único que me queda”, susurró con un suspiro leve. Al fondo una voz como de militar lo llamó: “¡Ezequiel, ya vienen mis padres!”, era su esposa.  Al rato entraron los dos octogenarios, se sentaron en la sala y mientras se acomodaban miraron las fotografías de la pared y al disimulado unísono también cuchicheaban. Una muralla de unos tres metros de alto con laca recubierta de arriba a abajo estaba copada por decenas de fotografías de playas, ríos, montañas, granjas, animales, comida, recortes de periódicos con reportajes turísticos, mujeres, hombres, niños, risas, parejas besándose… Habían pasado cinco años desde la última visita y la pared estaba vacía en aquella ocasión. Ezequiel salía del baño, estaba fumando un cigarro a escondidas y pensando en todo y en nada. Era su escondite favorito. Saludó a los visitan

Puyo, el Volquetero y otros cuentos.

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Muchos o quizá pocos han visitado la ciudad amazónica de Puyo, en la provincia de Pastaza.  Con una población aproximada de 40 000 habitantes en la ciudad, y un estimado de más de 80 000 habitantes en la provincia, esto, sumando la diversidad de flora, fauna, música, arte, deportes, y descanso, ya es algo muy cercano al paraíso. Tanta es su riqueza que posee siete nacionalidades indígenas en un sólo territorio  (Kichwa, Shuar, Achuar, Zápara, Andoa, Shiwiar, Huaorani), además de abarcar una parte del Parque Nacional  Yasuní (40%), el más biodiverso del mundo, y de deleitarnos con su variedad turística y gastronómica. ¿Asombroso, cierto? Pues sí, y de seguro la reacción es inmediata al leer estos datos que enseguida se despiertan los deseos de estar en este mágico territorio, o si estás allí tal vez presumes de tu suerte. Al caminar por sus calurosas calles podemos encontrar parajes de locales comerciales con expen