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Mostrando las entradas de 2016

La musa de Amador

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Mujercita musa de los amantes ilusos, deseosos, mujercita con el diminutivo de sus manos suaves y delicadas. Lo que el hombre busca y la humanidad envidia, mujercita de bellos labios, de suave cabellera negra como la noche de las noches de insomnio. Mujercita m í a due ñ a de mis brazos , de mis trazos , y vasos de sudor provocados . Ella, la que mira y opina, obvia y camina; mujercita con blancos sentimientos y sonrisa luminosa que besa con la vida, con la vida, con la vida. Mujercita deseosa y afanosa en su andar de cinturita perfecta donde poso mis manos, mi ser, mis pensamientos m á s sonrojados.  Jugosa llena de n é ctar, de carne, y de semillas de colores. La musa inspiradora, la malgeniuda y testaruda; predecible con los sabores, saberes, mujeres. Vanidosa mujercita de maquillajes innecesarios y esmaltes florescentes, u ñ as de fiera que marcan sus haberes. De cuando en cuando mi piel la atestigua y la reclama en todos lado

Espejismo

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Estaba mirándose en el espejo muy minucioso. Lavó su rostro rasgándose la piel con la yema de sus dedos con fuerza por varias ocasiones, la frente denotaba arrugas y la calvicie se asentaba en el territorio donde antes el cabello era el amo y señor.  Con un tinte barato se pintó el pelo del color de su conciencia. La rasuradora de cincuenta centavos estaba áspera de tanto uso, entonces se frotó un poco de líquido de lavar platos en lo que quedaba de su quijada y en los pronunciados pómulos, después, con un ritual doloroso empezaron los movimientos de su muñeca derecha de arriba hacia abajo.  Levantó la cabeza y juntando los labios como queriendo dar un beso se afeitaba la garganta. Pasaron unos minutos y nuevamente se miró en el espejo, tenía la sensación de ya casi. Sus ojos evidenciaron los párpados caídos, medio cansados o enamorados no sé qué.  Con esa misma voluntad se cepilló los dientes como tratando de pulir un pedazo de mader

Ese loco de los sueños locos

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Estaba sentado en su cómodo sillón de cuero de los años sesenta, mirando a la ventana recordaba la vida feliz extinguida. “Los sueños son lo único que me queda”, susurró con un suspiro leve. Al fondo una voz como de militar lo llamó: “¡Ezequiel, ya vienen mis padres!”, era su esposa.  Al rato entraron los dos octogenarios, se sentaron en la sala y mientras se acomodaban miraron las fotografías de la pared y al disimulado unísono también cuchicheaban. Una muralla de unos tres metros de alto con laca recubierta de arriba a abajo estaba copada por decenas de fotografías de playas, ríos, montañas, granjas, animales, comida, recortes de periódicos con reportajes turísticos, mujeres, hombres, niños, risas, parejas besándose… Habían pasado cinco años desde la última visita y la pared estaba vacía en aquella ocasión. Ezequiel salía del baño, estaba fumando un cigarro a escondidas y pensando en todo y en nada. Era su escondite favorito. Saludó a los visitan

Puyo, el Volquetero y otros cuentos.

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Muchos o quizá pocos han visitado la ciudad amazónica de Puyo, en la provincia de Pastaza.  Con una población aproximada de 40 000 habitantes en la ciudad, y un estimado de más de 80 000 habitantes en la provincia, esto, sumando la diversidad de flora, fauna, música, arte, deportes, y descanso, ya es algo muy cercano al paraíso. Tanta es su riqueza que posee siete nacionalidades indígenas en un sólo territorio  (Kichwa, Shuar, Achuar, Zápara, Andoa, Shiwiar, Huaorani), además de abarcar una parte del Parque Nacional  Yasuní (40%), el más biodiverso del mundo, y de deleitarnos con su variedad turística y gastronómica. ¿Asombroso, cierto? Pues sí, y de seguro la reacción es inmediata al leer estos datos que enseguida se despiertan los deseos de estar en este mágico territorio, o si estás allí tal vez presumes de tu suerte. Al caminar por sus calurosas calles podemos encontrar parajes de locales comerciales con expen

Pan de Agua. Música de la montaña. Entrevista.

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“ La gente me pregunta qué hago los fines de semana y yo les contesto que me voy a Baños porque aquí en los alrededores no se escucha buena música”, comenta Paúl Colcha, baterista de la banda quien nos recibió en su casa, lugar de ensayo del grupo integrado por un puñado de amigos con ideales diferentes pero con el mismo corazón. Todos entienden la necesidad de crear nuevas tendencias musicales que lleguen con contenido y ritmo a la mente de las personas que buscan un cambio en el sistema de vida. Todos a sus puestos, en los bordes de la sala-estudio cada quien toma su instrumento y lo afina, lo escucha, lo abraza. Después el rasgado del charango y el saxofón dan el pie a una de las canciones. Al poco tiempo se detienen en seco. Empieza la entrevista. ¿Cuándo nació el amor por la música? …Pienso que cuando empecé a tener mis propios instrumentos, porque el gusto existió siempre.    -Comenta Paúl-. Y o siempre buscaba cualquie

Crónica de la juventud encendida

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"Cuando se lee poco se dispara mucho". Foto: Mauro Santos. Patricio Romo en su estudio de grabación. Foto: A. Cienfuegos Mauro Santos en una sesión de fotos. Foto: Mauro Santos. Todos los días son monótonos y lentos para el personaje que tiene veintitantos, es estudiante y depende de sí mismo. Entonces se ve obligado a buscar las maneras de sobrellevar la vida de los esferos, carpetas, libros y estrés, tratando de combinarla con sus pasiones en el ámbito profesional. Casi siempre sin desayuno en los horarios de clases matutinos hacen que el esfuerzo del chico o chica universitario por conseguir sus metas sean más exigentes y satisfactorias.  Cuando el talento es innato y valorado el tiempo es lento y su trabajo es como un juego de consolas: debes superar niveles y pronto llegas a ser un 'crack'.      Las jornadas diarias de estudios y trabajo de Patricio Romo, inician a las 06:15. El cielo aún está ce