Arte amazónico







En la región amazónica del Ecuador existe una pequeña ciudad con no más de 35 000 habitantes, su nombre es Puyo, y en idioma original kichwa es 'Puyu', que traducido al español significa 'neblina'.


Es fácil entender el porqué de su significado, pues cada mañana, con los primeros rayos de sol, la ciudad se cubre casi en su totalidad por una espesa capa de ligeros soplos blancos provocados por la transpiración de la selva. Es aire puro y saludable que abriga a sus especies propias de plantas y animales.

Por muchos años la Ciudad Canela, como es conocida la capital de la provincia de Pastaza, estuvo encerrada ante las presiones de grupos gubernamentales y religiosos que preponderaban intereses particulares y descartaban la iniciativa del impacto cultural.

Lamentable hubiese sido la herencia artística de los puyenses de no contar con la habilidad alfarera y pictográfica de los primeros pobladores que se asentaron en la región ubicados específicamente en las orillas del río Pastaza, Pindo, y río Puyo como los indígenas Canelos y otras tribus organizadas como los Pinduyaku, y Chirapas...

Ahora, si tomamos como referencia a las nuevas generaciones de ciudadanos que han suplido la posta de sus padres y abuelos colonos de Puyo nos encontramos con una creciente urbe que busca desesperadamente marcar una diferencia con la creación, promoción, enseñanza, y difusión del arte y la cultura amazónica con un estilo propio.

En pleno siglo de la tecnología digital y globalizada los colectivos culturales y artistas buscan espacios para mostrar su destrezas con la música, la pintura, la danza, el teatro, incluso con los deportes poco comunes como el skate, ciclismo de ruta, de montaña, o de competencia como el bmx.


Las plataformas de internet también generan interacciones constantes a la hora de organizar convocatorias  a eventos con carácter y contenido. Grupos y personajes prestan su tiempo a organizar festivales de música independiente local y nacional, o festivales en donde incida el arte de las tablas.

El afamado barrio 'Obrero', con su tradicional cebiche volquetero y con su malecón Boayacu Puyu que bordea el principal afluente de la ciudad, es la vitrina  más solicitada para los espectáculos festivos organizados por los gobernantes de Puyo o por activistas voluntarios que sudan la camiseta sin lucro ni plataformas particulares.

Ahora también se creó un nuevo espacio para estos eventos: el 'Parque de la Mujer' y su pista de skate ubicada a pocos pasos del terminal terrestre. Allí los murales y grafitis artísticos son unos de los principales atractivos que se fusionan con los saltos de quienes dominan la patineta con sus diminutas ruedas, y de quienes deleitan a los caminantes con las maniobras y elasticidad de sus bicicletas. Esta obra ya es un coqueteo para los buenos proyectos que debería tener esta ciudad.



Los sueños de una ciudad amazónica ícono del arte no son tan lejanos ni se escapan de las manos. Si se lo propusieran, las 'honorables autoridades' hicieran una ruta compartida de ciclopaseo y caminata, o espacios urbanos de arte y exposiciones de pintura o de poesía, por ejemplo.
Los testimonios anónimos, lecturas escritas por mis amigos, e ideas argumentadas de quienes aman a su ciudad y buscan convertirla en un punto de visita permanente bosquejan sus planteamientos que a veces parecieran simplemente utopías...

Para el ciclopaseo, entre tertulias, se dijo que debería empezar desde el malecón 'Boayacu Puyu' y atravesar el espectacular y biodiverso sendero del paseo turístico en medio de la selva y sus puentes colgantes que conectan con la Universidad Estatal Amazónica; después, adecuar la acera del extenso paso lateral hasta la calle Cotopaxi, antes de la entrada al colegio 'Provincia de Pastaza'; desde ahí tenemos más de cinco cuadras de regreso al malecón antes mencionado, en donde se puede compartir la vía pintando líneas entrecortadas y señales de tránsito acordes. ¡La gente aplaudirá este tipo de obras!


Asimismo, las propiedades situadas en las principales manzanas del "centro histórico" de Puyo se deberían pintar de colores pasteles como reglamento obligatorio. En la Plazoleta Roja (Plaza Álvaro Valladares) se puede crear una pequeña concha acústica para presentaciones de teatro al aire libre, en ese mismo espacio, incentivar a la exposición de artes plásticas como la pintura, escultura, arquitectura, y por supuesto la fotografía.

Ya me imagino a nuestra ciudad cada fin de mes plagada de turistas e intelectuales deleitándose de nuestros artistas, y a la ciudadanía en general motivada y con la frente en alto con orgullo puyense.





Y mientras caminas por las calles, en cada esquina ofertándose el turismo natural de los parajes gastronómicos y balnearios, además de los recorridos en bicicleta por las noches en medio de cantos y declamas poéticas, o narraciones orales de las leyendas propias de una selva enmarañada...

Y quien no salude o no sea cortés se le sancionará con trabajo comunitario permanente. ¡He dicho!

   

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